El abogado y activista ambiental Yaku Pérez advierte que hay factores que pueden desencadenar un levantamiento frente a la reacción del Gobierno. Espera que sea el diálogo el mecanismo que ponga fin al paro.

Conocido como un activista que defiende los derechos de la naturaleza, y en particular los recursos hídricos, Yaku Pérez Guartambel, del Pueblo Kichwa Kañari, no descarta la posibilidad de representar un rol político si las circunstancias se dan.

Pérez cuenta con una trayectoria como dirigente de organizaciones indígenas, fue presidente de la Ecuarunari en 2013 y 2019; fue prefecto del Azuay y dos veces candidato presidencial. Actualmente es integrante de la Federación de Organizaciones Indígenas y Campesinas del Azuay (FOA).

El 16 de noviembre de 2025 se desarrollará la consulta popular y referéndum. Si en las urnas se aprueba instalar una Asamblea Constituyente para elaborar una nueva Constitución, se elegirá a asambleístas constituyentes.

En diálogo con LA HORA, Pérez menciona que la forma de reaccionar del Gobierno frente al paro le pasará factura en las urnas.

P. ¿Cuál es su mirada y evaluación sobre el paro que lleva más de 20 días?

El presidente (de la República) Daniel Noboa no debería de vanagloriarse de esta situación. No es una estrategia de guerra, de ganar o perder. No es cuestión de imponiendo la fuerza aplacar la razón. Hay un movimiento no solamente indígena, sino popular y social que está inconforme, no solamente con el incremento del precio del diésel, sino con la violencia estructural que sufrimos la mayoría de los ecuatorianos. Es fruto de esa crisis multidimensional que afecta sobre todo a los más humildes. Por todo ese complejo sistema económico que nos está imponiendo. También ha sido la represión brutal, igual que en el tiempo de los gobiernos pasados como el de Rafael Correa cuando se disparaba, se reprimía y se encarcelaba.

P. ¿Cómo evalúa el manejo del paro desde la dirigencia de Marlon Vargas en la Conaie?

La dirigencia de la Conaie recién está estrenando su mandato y creo que les cogió completamente tiernitos, verdes y eso dificulta, indudablemente. Para realizar un levantamiento no es de la noche a la mañana. Hay que tener mucha planificación y mucho contacto con las bases. Cuando estuve al frente de la Ecuarunari teníamos que bajar a las bases, provincia por provincia, e ir sensibilizando, escuchando cuál es el sentir de las bases. Eso ahora no creo que sea culpa de la dirigencia, sino por las circunstancias, de un rato a otro se vino este decreto del diésel y no hubo tiempo. Se convocó a una asamblea en Riobamba (el 18 de septiembre) y, a lo mejor, fruto del calor, del descontento, de la indignación, se acordó hacer este paro, quizá influenciados por la multitudinaria marcha de Cuenca (del 16 de septiembre) por uno de los temas que también reivindica la Conaie, que es contra el extractivismo. Pero haber sostenido el paro 23 días, aunque sea en pocas provincias, también tiene su validez. A lo mejor esto no le va a gustar a la dirigencia de la Conaie y tal vez no le guste tampoco al Gobierno, porque hemos visto una sordera de su parte, pero creo que la Conferencia Episcopal Ecuatoriana podría ser el ente catalizador que llame a la reconciliación.

P. Usted y otros representantes de organizaciones sociales son acusados de delitos en el marco del paro, ¿eso motiva a una unificación de las organizaciones en un frente social y político?

Estoy acusado por el Gobierno de tres tipos penales: por asociación ilícita, por paralización de servicios públicos, por daño a bien ajeno. Esta última denuncia fue hecha por el Gobierno nacional y la multinacional DPM Ecuador (Dundee Precious Metals). Parece que se me vienen dos denuncias más. Por otro lado, ante un Gobierno de corte neoliberal que ha sido tan agresivo y opresor, es el momento indudablemente de reconciliarnos a nivel interno. Y esa reconciliación tiene que ser a nivel del movimiento indígena, campesino, del movimiento de los trabajadores, de todos quienes estamos en la orilla de los excluidos. Hay dirigentes que están formando parte del aparataje gubernamental. Tratan de dividir todo el proceso de resistencia. Pero eso va a terminar pronto. El Gobierno es el que está perdiendo más y eso se va a reflejar en la consulta popular. Así como están las cosas, el Presidente va a perder la consulta popular, el próximo mes.

P. Y en aras de esa reconciliación, ¿usted aceptaría alguna propuesta de dirigencia dentro de la Conaie, cuál es su relación actual?

Con la actual dirigencia de la Conaie no tengo dificultades. Con Marlon Vargas tenemos una buena relación, con la dirigencia, con las bases, igual. Donde no tengo una relación fluida es con el movimiento Pachakutik (PK), por lo que antes la dirigencia de PK como sus asambleístas hicieron un acuerdo, pese a mis sugerencias, de no llegar a ningún acuerdo con el Gobierno de Guillermo Lasso. Y eso fue la gota que desarmó para nosotros retirarnos. Pero de nuestra parte siempre vamos a andar en la orilla de los que históricamente nos hemos identificado. Si he estado con PK, con el movimiento indígena, es porque históricamente nuestra lucha comenzó hace más de 30 años por la defensa del agua. Más allá de una relación formal, seguimos en esa misma orilla. No ha habido un rompimiento, una ruptura con las bases, siempre hemos tenido una muy buena relación. Estoy eternamente agradecido con el apoyo que me brindaron en el 2021 para la candidatura presidencial y antes, cuando estuve en dos momentos en la Ecuarunari.

P. Se viene un proceso electoral, ¿le interesa un espacio en la Asamblea Constituyente o aceptaría alguna propuesta política?

Digo que nunca hay que decir de esta agua no he de beber. Cualquier rato pueden darse esos espacios. No estoy buscando. Desde cualquier espacio uno puede servir a la comunidad, a la ciudad, al país. Si toca asumir, lo haremos con humildad. Si no, apoyaremos desde atrás a alguien con un perfil que sintonice con estas demandas sociales. Estaremos gustosos en apoyar a alguien que nos pueda representar en la Constituyente, de darse. Aunque lo dudo, tengo vivas esperanzas de que Noboa no va a ganar la consulta popular. Que esta Constitución pueda ser mejorada sería lindo, pero con este Gobierno el remedio será peor que la enfermedad.

P. La Ministra del Gobierno dijo el 14 de octubre que el paro terminaría ese día o hasta hoy, ¿el Gobierno con la fuerza pública podrá desactivar las manifestaciones?

Puede acabar el paro aplacando con la razón de la fuerza, pero lo que no va a aplacar es la resistencia. Lo que no va a matar es el descontento popular, la indignación y la ira de sectores que se ven afectados por un Gobierno que está gobernando para los amigos. La señora Ministra está apostando por la militarización, por la fuerza represiva. Lo lindo sería que diga: se termina el paro como fruto de un diálogo, de los procesos de reconciliación. Pero lo que va a hacer es ahondar más una herida y eso no es nada esperanzador para el país.

P. ¿Cuál es el escenario si el Gobierno aplica su estrategia anunciada para frenar el paro?

Mis compañeros (de la FOA) van con propuestas de continuar la resistencia y no necesariamente cerrando vías, sino con un proceso de reencuentro con las bases, con las comunidades y seguir con todas las jornadas de resistencia. (Representantes de la FOA asistieron al consejo ampliado de la Conaie el 14 de octubre. En la noche, la Conaie reafirmó que se mantendrá en resistencia, manifestó su respaldo a Imbabura y exhortó a organismos internacionales que sancionen al Gobierno de Daniel Noboa al considerar que reprimió con la fuerza pública a los manifestantes).

Recuerdo en el 2015 después de que llegamos a una marcha por el agua y contra la reelección indefinida que propuso el expresidente, Rafael Correa, en Quito todo estuvo bien, la multitudinaria marcha. Sin un por qué, nos detuvieron a Manuela Picq y a mí, también fue golpeado Salvador Quishpe, de una manera brutal a todos. Y en ese momento el pueblo de Saraguro y otros se levantaron porque vieron con indignación lo que transmitía en la televisión y se levantó. Tomó fuerza el paro en el levantamiento del 2015. Puede pasar eso también acá (2025). Si hay represión en Imbabura, los pueblos, las nacionalidades no vamos a ser insensibles, vamos a levantarnos no por solidaridad, sino por una responsabilidad, porque lo que hacen en Imbabura están haciendo al resto de poblaciones del país. Sí hay un espíritu de cuerpo de los pueblos y nacionalidades. Hay que seguir apostando por el diálogo y una construcción colectiva del país que tanto anhelamos. (KSQ)

“Puede acabar el paro aplacando con la razón de la fuerza, pero lo que no va a matar es el descontento popular y la indignación”, Yaku Pérez, abogado y miembro de la FOA.

40 personas aprehendidas en Imbabura fue el saldo de las protestas del 14 de octubre, según la Policía.