Una jornada de marchas se vivió en Ecuador, el oficialismo y organizaciones sociales lideraron sus respectivas marchas con diferentes propósitos, pero usando el mismo escenario: las calles. ¿Qué implica?
La marcha del Gobierno en Guayaquil, liderada por el presidente de la República, Daniel Noboa, se promocionaba como un acto por la paz y la seguridad, y no una expresión pública contra alguien, como dijo la ministra de Gobierno, Zaida Rovira, un día antes del 11 de septiembre de 2025.
Pero el Mandatario y el ministro del Interior, John Reimberg, hicieron declaraciones relacionadas a la consulta popular, cuyas preguntas aún están en manos de la Corte Constitucional (CC).
¿La Corte Constitucional aún está en la mira?
Al final de la marcha, a la que asistieron más de 80.000 personas según Rovira, Noboa llamó a levantar la voz: “Exigir que nosotros podamos decidir en las urnas cuál es la dirección de este país (…). Esa va a ser la batalla final”.
Reimberg fue más directo, aunque sin mencionar a la CC: “Nueve personas (la CC la integran nueve jueces), que tienen una agenda propia y esa agenda es diferente a lo que los ecuatorianos quieren (…), hemos recogido preguntas importantes que ellos han pedido y queremos que se respeten”.
Por otro lado, en Quito, Cuenca, Durán y Guayaquil también hubo marchas de sectores que se oponen a las políticas del Gobierno. Fueron lideradas principalmente por el Frente Unitario de Trabajadores (FUT), la Unión Nacional de Educadores (UNE), con participación de la Conaie y otros gremios sociales.
“Es una marcha para decirle alto a un Gobierno autoritario, mentiroso e incapaz. Quiere gastar $80 millones en una consulta popular chantajeando a la CC, el único espacio que no se ha tomado. Una consulta popular que no va a resolver los problemas de falta de empleo, de falta de medicinas, de falta de textos escolares”, refirió Andrés Quishpe, presidente de la UNE, durante el recorrido.
Llamó a la CC a emitir sus sentencias “para frenar los despidos de profesores, médicos y enfermeras”. La UNE demandó la Ley de Integridad Pública.
¿Marchas para calentar las calles?
Mariasol Pons, analista política, calificó a la marcha de Noboa como multitudinaria y con ciertas diferencias a la marcha que lideró en Quito el 12 de septiembre.
“Una marcha muy breve, muy corta y en las redes del Presidente y de Presidencia con escasa retransmisión en vivo. La programación, la logística de la marcha fue más efectiva porque el Presidente pudo dar al final un discurso que, si bien fue bastante breve porque duró dos minutos, pudo decir claramente por qué y para qué estaban ahí”, evalúa.
Sin embargo, esta segunda marcha no fue más potente que la primera, pero el Gobierno logró modular el tono, indica. “Me pareció acertado no ver pancartas de la imagen de los jueces. Tuvieron la capacidad de modular el discurso”.
“Tácitamente, la CC para el Gobierno está siendo un frente con el que le está costando lidiar para resolver o tener mejores herramientas para luchar contra la inseguridad, según ellos lo comunican”, refiere Pons.
Queda ver cómo construye el Gobierno su discurso con base a los hechos de esta marcha para proyectar su propósito, dice Pons al anotar dos interpretaciones: “Si, de hecho, la Presidencia de la República está utilizando una confrontación hacia la CC o también puede ser un calentamiento de la calle de cara a la campaña que vendrá por la consulta popular, un calentamiento en ningún sentido violento, sino más bien en que la ciudadanía esté activa, atenta a la política de cara a una votación. Es decir, que la ciudadanía esté alerta con respecto a qué es lo que se va a votar”.
Recuerda que en las consultas populares se ha demostrado que el electorado no vota exactamente por la pregunta, sino como un respaldo o un rechazo a quien hace la pregunta. Ese podría ser el objetivo de Noboa, insiste: “Ir calentando la calle, ir trabajando un apoyo de cara a la consulta popular”.
“Es evidente que la lucha social crece en el país frente al abandono de la salud, de la educación, a la falta de hospitales, a la falta de seguridad”, afirmó Nelson Erazo, titular del Frente Popular, durante la marcha en contra del Gobierno.
Para Pons, “el FUT y la Conaie siempre se activan con ciertos botones que ya los ciudadanos conocemos, es decir, es totalmente esperado que salgan a marchar en contra”. Dice que no hacen nada nuevo ni presentan alguna oferta novedosa.
Estrategia de posicionamiento
Para Esteban Ron, constitucionalista y analista electoral, el que Noboa haga uso de las calles refleja que busca un posicionamiento de ADN en Guayaquil.
“En Guayas hay dos líderes (el alcalde Aquiles Álvarez y la prefecta Marcela Aguiñaga, del correísmo) que, si bien son de oposición, son una oposición blanda, no férrea. Es un poco de demostración. Guayaquil es un bastión territorial muy fuerte, pero que no ha tenido atención en los últimos momentos”, explica.
Sin embargo, considera que el Gobierno realiza “manifestaciones sin objetivos claros, hablan de paz, de seguridad, pero es el Gobierno reclamando al propio Gobierno”.
Si el propósito fuese reflejar la búsqueda de ese ánimo de paz para los ecuatorianos, el camino no es una marcha, cuestiona Ron. “¿A quién exigiríamos? ¿A los GDO (Grupo de Delincuencia Organizada) que nos dejen en paz? No hay esa consonancia y los GDO no se van a fijar en este tipo de marchas”.
Con la marcha se repite un acto de presión a la CC, advierte. “Es nuevamente un mensaje diciéndole a la CC, bajo las tensiones, es el pueblo el que te exige”.
Por otro lado, considera que el Gobierno aplica estrategias vacías y dispersas, por lo que duda de un impacto en las calles, por lo pronto: “No creo que se estén calentando las calles, todavía. No hay, en este caso, un target fijo ni por parte del Gobierno ni por parte de la oposición”. (KSQ)
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