El Gobierno despliega miles de militares y policías en Imbabura para abrir las vías y recuperar el control. La Conaie denuncia represión y la FICI pide un diálogo directo con el presidente de la República, Daniel Noboa.

La provincia de Imbabura se convirtió este 14 de octubre de 2025 en el epicentro de una ofensiva militar y policial ordenada por el Gobierno Nacional, con el objetivo de recuperar el control territorial y “liberar a la provincia del secuestro” que, según las autoridades, mantiene el paro convocado por la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie) desde hace más de tres semanas.

El despliegue de uniformados se intensificó luego del arribo, la noche anterior, de un convoy humanitario que ingresó por Zuleta hacia Ibarra. Por la madrugada, las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional avanzaron hacia Otavalo. Allí se registraron fuertes enfrentamientos con manifestantes que mantienen bloqueos en la carretera Panamericana, entre Ibarra y Otavalo, así como en varios accesos rurales.

Escalada de violencia en Otavalo

Los choques más intensos ocurrieron en el centro de Otavalo. Agentes de la fuerza pública utilizaron gases lacrimógenos y armamento no letal para dispersar a los grupos movilizados, mientras estos respondían con piedras, bombas molotov y voladores.

Por la tarde, el Ministerio del Interior reportó más de 43 detenidos y varios uniformados heridos, entre ellos un miembro de las Fuerzas Armadas con una herida de arma blanca en la pierna.

“Vamos a asegurar Otavalo y Cotacachi, vamos a abrir todas las vías de la provincia. La paz en Imbabura va a volver, no vamos a dejar que unos cuantos con intereses personales sigan haciendo actos violentos”, declaró el ministro del Interior, John Reimberg, quien se encuentra en la provincia dirigiendo las operaciones.

Reimberg confirmó que el Gobierno reforzará la presencia militar con el envío de 5.000 efectivos adicionales, lo que elevará a cerca de 7.000 el número total de uniformados en Imbabura.

“De aquí no nos vamos a mover hasta que la provincia esté totalmente abierta y la gente vuelva a trabajar en paz”, afirmó.

Respuesta del movimiento indígena

La Conaie denunció una “brutal represión militar y policial”. Según sus reportes, las fuerzas del orden habrían irrumpido en barrios y comunidades, lanzando gases lacrimógenos “dentro de viviendas”, lo que habría dejado al menos 50 heridos y más de 30 detenidos.

“La fuerza pública ha bloqueado el acceso a hospitales e incluso ha ingresado a centros de salud, hostigando al personal médico y negando atención a los heridos”, señalaron al acusar al Gobierno de “convertir las comunidades en zonas de guerra”.

‘No vamos a dar un paso atrás’

Reimberg sostuvo que las acciones responden a la necesidad de restablecer el orden y garantizar el tránsito en las principales vías. “El despeje de las vías es una decisión y lo vamos a hacer. No es lo que queremos, pero mientras haya actos violentos, la fuerza pública seguirá actuando”.

Aclaró que el Gobierno mantiene disposición al diálogo, pero sin aceptar condiciones que considere innegociables, al menos sobre temas como la consulta popular o los subsidios.

“Esto ya no es un paro nacional, sino un paro cantonal focalizado”, expresó Reimberg.

El ministro insistió en que la prioridad es la seguridad ciudadana. “Vamos a liberarla del secuestro en el que está. Nada ni nadie nos va a detener”, enfatizó.

Llamado indígena al diálogo

La Federación de Pueblos Kichwas de la Sierra Norte (FICI) reiteró su pedido de un encuentro directo entre el presidente de la República, Daniel Noboa y los dirigentes de la Conaie, Fenocin y Feine, con mediación de la Iglesia Católica. Propusieron realizarlo el miércoles 15 de octubre en Quito o en Otavalo. Hasta el cierre de esta edición (17:00), el Ejecutivo no había respondido al llamado. (FV)